Ulises de regreso a Ítaca
Imaginemos la siguiente escena. Después de muchas penurias, un héroe ha regresado a casa. Es un marinero legendario, un guerrero temido y un líder admirado. Ha recorrido el mundo enfrentándose a todo aquello que los volubles dioses antiguos, con su proverbial crueldad, han sido capaces de arrojarle. Finalmente, ha superado todas las pruebas y se ha ganado regresar a Ítaca, su patria, como un hijo pródigo, de excepcional linaje, nada menos que llamado a hacer recordar al pueblo griego quién es, de dónde viene y cómo habitará la tierra. Pero cuando las celebraciones languidecen y los poetas concluyen sus cantos, el protagonista, Ulises, se queda a solas en la penumbra y afronta la terrible verdad, una verdad anticipada por el sentimiento de extrañeza que le ha acompañado desde su llegada: ese no es su verdadero hogar. En ese fatídico instante, como respondiendo a su derrumbe interior, los primeros rayos de luz anuncian la presencia de un sol majestuoso, y el héroe comprende que un nuevo horizonte se acaba de abrir ante sus ojos.
Dopazo Gallego, Antonio (2015) "Plotino: la odisea del alma entre la eternidad y el tiempo". Editorial Digital Titivillus